domingo, 3 de agosto de 2014

DADLES VOSOTROS DE COMER




Es verdaderamente justo darte gracias,

es hermoso cantar para ti, manantial de todo bien.

Tú eres el que das vida y futuro a todo lo que existe.

El pan que comemos es don del cosmos entero,

es el pan de nuestra peregrinación,

pan incompleto que tú llenarás de esperanza.

Jesús nos ha enseñado a dar el pan al hambriento

y a encender hambre de otra cosa

en aquél que está harto de pan.

Nos ha enseñado a transformar el “mío” en “nuestro”,

a no acumular tesoros ilusorios, que la carcoma devora,

tesoros siempre robados al hambre de los otros.

Día a día, dulce y tenazmente,

llama a la puerta de nuestras ansias de vivir,

líbranos de las hambres falsas, haznos personas esenciales

como tus criaturas más pequeñas y felices,

como las flores, los pájaros, el pan.

Danos, Señor, el pan, la vida y la alegría,

porque para el pan, la alegría y la vida tú nos has creado.

Y entonces, con todas las criaturas que te buscan,

que te aman y esperan sobre esta tierra,

te rogaremos con las palabras y con la fe

que Jesús nos ha enseñado. Abbá, Padre.

Ermes Ronchi